Las nuevas tecnologías no pueden ser una herramienta que dejen atrás a parte de la sociedad. Han de potenciar la inclusión de todas las personas, sea cual sea su género, edad, raza, estatus social, o cualquier otra posible diferencia aplicable.

Bajo esta premisa, y como parte de la asignatura Historia y Fundamentos de los Servicios, del Grado en Ciencia, Gestión e Ingeniería de Servicios de la Universidad Rey Juan Carlos, se ha desarrollado el trabajo que en este entrada de blog comparto.

Introducción

Si bien las cifras de la última Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares indican que más de un 95% de la población española dispone de una conexión de banda ancha (Instituto Nacional de Estadística, 2021), tener únicamente este dato en cuenta es insuficiente para entender el actual estado de la sociedad de la información en nuestro país. Si bien la implantación de la infraestructura y la posibilidad de acceso a Internet es un requisito, la brecha de acceso es solo uno de los niveles de la Brecha Digital (Berrío Zapata et al., 2017). El principal problema hoy en día no es tanto el nivel de acceso a la información, a Internet, sino lo que la población es capaz de hacer cuando tienen acceso. (Stiakakis et al., 2010)

Podemos remitirnos al informe Índice de la Economía y la Sociedad Digitales, DESI por sus siglas en inglés, que publica la Unión Europea, para ver que si bien la infraestructura necesaria para el acceso a internet es correcta e incluso en posición aventajada con respecto a otros países (Unión Europea, 2021), quedando en tercera posición en este aspecto; España no destaca tanto en otros aspectos.

Para los detalles que este informe denomina Capital humano se observa que casi la mitad de la población española (43%) carece de competencias digitales básicas, y del total de especialistas TIC de nuestro país únicamente el 20% son mujeres. (Unión Europea, 2021) (Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, 2021)

La situación es compleja y en el [...] documento se abordará desde varias perspectivas: brecha digital de género, brecha digital rural y brecha digital a causa de la edad.

Desarrollo del trabajo

En primera instancia se ofrece un Resumen de las Ideas en las que se explica de qué forma se abordarán los tres ejes claves del trabajo: brecha digital de género, brecha digital rural y brecha digital a causa de la edad.

Para realizar dicha introducción, se explican la diferencia entre la brecha de acceso y uso y se compara la realidad de España respecto al resto de socios de la Unión Europea (utilizando el informe DESI).

Esta información será el hilo conductor del resto del trabajo, que es descargable íntegramente desde el siguiente enlace:

Conclusiones personales

Si bien esta información está disponible en el propio trabajo, las plasmo aquí también para facilitar su acceso.

Conclusión general

[...] me gustaría señalar que, en mi opinión, muchas de las brechas y desigualdades que se experimentan en la Sociedad de la Información (o, mejor dicho, en el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece la Sociedad de la Información) son el reflejo de la sociedad en sí misma.

Brecha digital de género

La brecha de género en la SI es el reflejo de la desigualdad de género estructural de nuestra sociedad en su conjunto. Que, si bien se viene disminuyendo gracias a políticas públicas (y legislación) valientes, sigue presente. El hecho de que las mujeres se incorporasen de  forma más tardía a la universidad (Plaza y Ramos, 2010), que las mujeres asuman la mayoría de los cuidados (informales, sin cotización y con dedicación plena en la mayoría de los casos) (Instituto de las Mujeres - Gobierno de España, 2001), que aún realizando el mismo trabajo que los hombres cobren, de media, menor sueldo que los hombres (Observatorio Igualdad y Empleo, 2021); entre otros muchos factores, hace que la desigualdad preexistente en el común de nuestra sociedad se haya trasladado a lo digital.

Brecha digital rural

Lo mismo ocurre con la brecha digital rural, en mi opinión. A raíz del éxodo rural de las décadas 50-70, las personas que quedaron en las poblaciones rurales se vieron en una desventaja competitiva respecto a los habitantes del resto de nuestra geografía. Desde la falta de servicios básicos (educación, sanidad, servicios sociales, etc) hasta una menor inversión y despliegue de infraestructura, tanto pública como privada, en sus regiones.

Sin embargo, aquí cabe destacar la oportunidad de las regiones rurales de aprovechar (si se las permite por parte de la Administración y desde el poder económico) la explosión de teletrabajo y la baja calidad de vida que se viene desarrollando en las ciudades. En mi opinión, las regiones rurales que lo aprovechen (porque sepan y puedan hacerlo) resurgirán al ofrecer a las nuevas generaciones opciones de vida acordes a sus expectativas que les permitan continuar/mantener su formación, su trabajo y sus relaciones sociales.

Brecha digital de edad

En tanto a las personas mayores, no queda sino asumir que la población está en un proceso de envejecimiento (tal y como reflejan los estudios y cifras mencionados anteriormente). Sobre este proceso no es posible actuar. Es un hecho y solo cabe asumirlo. Sin embargo, sí es posible adecuar la oferta tecnológica a las condiciones de este sector de la población. Sí es posible facilitar y potenciar su uso para hacer la vida más sencilla a estas personas.

Aquí también me voy a permitir la licencia de realizar una crítica a las personas con poder de decisión (tanto en políticas públicas como en la iniciativa privada): lo que se debe fomentar es la posibilidad, nunca la obligación. Es comprensible, y yo me encuentro entre estas personas en numerosas ocasiones, que alguien (sin importar su condición) quiera ser atendido por una persona, quiera tener la posibilidad de visitar una ubicación física.

Esta posibilidad se ha de seguir manteniendo a toda costa. De no hacerse, la SI conllevará una imposición forzosa de situaciones desagradables y una reducción en los niveles de calidad de vida de muchas personas.

Conclusiones finales

En resumen, como todos los cambios trascendentales, la implantación de la Sociedad de la Información trae consigo una serie de cambios estructurales. Estos cambios deben ser abordados y cuando sean generadores de desigualdad es necesaria la aplicación de políticas para su corrección.

La SI, y todo lo que la rodea, debe ser inclusiva, completa y transversal. Ha de poder acercar el conocimiento, el ocio, la administración, la enseñanza, etc., a todas las personas; sea cual sea su género, edad, raza, estatus social, o cualquier otra posible diferencia aplicable.

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